Una especialista nos cuenta acerca de esta sensación sonora constante y molesta, cada vez más común, y que puede derivar en sordera.

¿Te imaginás tener un sonido constante en el oído que te impidiera concentrarte, descansar o relajarte? Eso es que les sucede a quienes padecen tinnitus o acúfeno, una sensación tan molesta que además, incide de manera negativa en el estado de ánimo y el humor del que la sufre hasta, en algunos casos, dejarlo sordo.

En el marco de la Semana Mundial de Prevención de Acúfenos, el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico de Buenos Aires, dará una charla gratuita y abierta a la comunidad sobre el origen y tratamiento de los acúfenos que se realizará el miércoles 7 de febrero a las 16.30 hs. en el edificio de Docencia e Investigación de la sede Central del Hospital (Perdriel 74, Barracas).

La Dra. Carolina Binetti (MN 97025), médica especialista en otorrinolaringología y una de las disertantes de la charla, en diálogo con CONBIENESTAR explicó qué son los acúfenos, cómo se producen y cómo podemos prevenirlos.

Los acúfenos son los conocidos zumbidos de oído y consisten en la sensación de la presencia de un sonido, en ausencia de una fuente externa que lo genere. Pueden ser objetivos, aquellos que percibe la propia persona y un tercero, o subjetivos, los que solo son percibidos por el paciente, según aclaró la Dra. Binetti.

Esta patología afecta a un 30% de la población general, y a solo el 6% de ellos les resultan intolerables. “En estos casos, la sensación de falta de control sobre el sonido y de estar ‘atrapado’ dentro de una campana de sonido, molestan mucho al paciente padeciendo algunas veces insomnio, dificultades para la concentración e incluso depresión”, dijo la especialista.

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Pueden ser generados en el oído o en cualquier punto de las vías neurales que llevan la información desde el oído hasta la corteza cerebral. Es importante conocer el origen para poder indicar el tratamiento apropiado.

Otra característica de los acúfenos es que pueden ser modulados, es decir, subir o bajar de volumen, dependiendo de los movimientos del cuello, la mandíbula e incluso, de los ojos. En estos casos, las personas afectadas, se beneficiarán con tratamientos coadyuvantes para la articulación temporomandibular y la columna cervical.

 

En cuanto a la prevención, la doctora Binetti advierte sobre la importancia de cuidarse de la exposición a sonidos de alto volumen, ya sean de origen laboral o recreacional. “La práctica de determinados deportes, como ser el tiro al blanco o el automovilismo, deben realizarse con protectores, preferentemente en copa; igual que en aquellos trabajos en los que una persona está expuesta al ruido de maquinarias textiles o perforadoras”, dijo Binetti.

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Otras actividades por las que las personas pueden verse afectadas son el trabajo de los odontólogos, ya que el uso del torno se considera una de las causas posibles de padecer acúfenos, y los músicos, especialmente miembros de bandas de rock. En este último caso, como “el profesional tiene que poder escuchar al tiempo que realiza su tarea, se utilizan tapones con filtros que permiten el paso de determinados sonido y retienen aquellos sonidos cuyo volumen sería potencialmente dañino”, explicó la especialista.

Por otro lado, es importante la educación desde temprana edad para prevenir los daños causados por la exposición a fuertes sonidos, ya que en algunas oportunidades los daños pueden llegar a ser irreversibles. Como los acúfenos suelen asociarse a dificultades en la discriminación auditiva, el hecho de no prevenirlos puede generar con el tiempo, severos problemas en la comunicación en los adultos mayores.